viernes, 25 de noviembre de 2011
viernes, 18 de noviembre de 2011
EL SINDROME BURNOUT
En este último tiempo, y como consecuencia del ritmo de vida actual, han salido a la luz nuevos términos que si bien no denotan enfermedades nuevas, las han hecho emerger en un grado más evolucionado, y progresivamente han ido impactando en la calidad de vida de los seres humanos. Tal es el caso de este síndrome BURNOUT, el cual se produce como consecuencia del estrés crónico.
Si bien se han publicado muy pocos estudios sobre las consecuencias de éste en los anestesiólogos, sería imprudente considerar a esta especialidad como poco plausible de ser alcanzada por este mal que se nutre principalmente del estrés y el desgaste profesional.
En este punto entonces podríamos definir “burn out” (o síndrome de estar-quemado) como una respuesta al estrés laboral crónico que ocurre generalmente entre los profesionales cuyo objeto de trabajo son personas, presentando tres componentes esenciales: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización profesional. Este síndrome está cobrando cada vez mayor protagonismo, repercutiendo directamente en el ámbito familiar, social y laboral, y si bien no existe una causa precisa para su aparición, en situaciones similares algunos profesionales lo desarrollan y otros no.
Inicialmente se manifiesta gradualmente, mediante un proceso continuo: al principio el individuo experimenta estrés debido a que las demandas del trabajo exceden sus recursos físicos o emocionales; más tarde se manifiesta el nerviosismo con síntomas de tensión, fatiga e irritabilidad y, finalmente, aparece el aislamiento emocional y social, el cinismo y la rigidez en el trato con los pacientes y compañeros de trabajo, etapa en la que ya es clara la expresión del desgaste.
La Anestesiología es una de las especialidades en donde la ansiedad y el estrés laboral se presentan con mayor frecuencia, dadas las características del entorno donde se desarrolla la actividad laboral (el quirófano), como el inadecuado descanso que provoca la autoexigencia y la sobrecarga de trabajo.
Factores de Estrés en el Anestesiólogo:
El Dr. Gustavo Calíbrese en la guía de prevención de la CLASA, nos habla de diferentes factores que pueden influir en la generación del estrés en el anestesiólogo:
Los factores personales: que se vinculan por un lado a desajustes de las expectativas altruistas, profesionales y sociales del anestesiólogo, sumado a la potenciación de una personalidad que desarrolla un rol protagónico en su ámbito de trabajo, con una valoración de la personalidad "sobre calificada", que muchas veces se sienten "dioses blancos" resistentes a la fatiga, invulnerables, sin limitaciones, con grandes expectativas y con fuerte compromiso laboral, no apreciando los efectos adversos de una vida estresante.
Los factores profesionales: que se vinculan por un lado al perfil del tipo de trabajo, que se caracteriza por alta responsabilidad en cuanto a la seguridad del paciente, vigilancia sostenida, manejo de pacientes críticos, manejo de pacientes complejos, decisiones de emergencias y enfrentamiento con la muerte (en definitiva en estas situaciones se "transforman emociones naturales en emociones estresantes").
Los factores ambientales; que se vinculan a una infraestructura laboral inadecuada y a un hábitat laboral intenso, que desarrollan en general un clima rutinario, competitivo y por momentos hostil; y donde las relaciones interpersonales tanto entre médicos, enfermería y resto del personal suelen ser inadecuadas (en el cual se percibe como un fracaso estar cansado, aun cuando en realidad la falta de sueño y de la fatiga crónica acumulada son moneda corriente).
Por otro lado la modalidad laboral es un factor de importancia como generadora de estrés, ya que el anestesiólogo esta inmerso en una cultura laboral de "Alta Presión", con presiones de alta productividad, competitividad y criterios de calidad, sumado en general a calendarios inapropiados con exceso de horas de trabajo tanto diurnas como nocturnas.
En este cuadro situacional, comienzan a salir a la luz una serie de consecuencias no deseadas tanto en el ámbito personal, donde comienzan a aparecer reacciones físicas y trastornos de conducta que suelen desencadenar diferentes tipos de adicciones; como en el ámbito familiar, donde se exteriorizan actitudes de aislamiento, sentimiento de culpa, reproches por el exceso de trabajo y laboral; o el simple desinterés en la actividad laboral.
Síndrome de "Burnout"
El Síndrome de "Burnout", se considera la fase avanzada del estrés y el agotamiento profesional. Es un mal invisible que afecta y repercute directamente en la calidad de vida, provocando fundamentalmente despersonalización y baja realización personal entre los individuos que trabajan con personas.
Los síntomas específicos habituales son básicamente psicosomáticos, modificando sensiblemente la conducta de las personas en todas sus facetas y aportando sólo consecuencias negativas: adicciones, irritabilidad, insomnio, fatiga crónica, disminución en la capacidad de trabajo, la concentración, etc.
Ahora bien, teniendo en cuenta que los anestesiólogos (al igual que todo trabajador de la sanidad que se vincula directamente con otras personas) se encuentran dentro de los grupos de riesgo de padecer este mal, encontramos que la mejor forma de combatirlo es mediante la PREVENCIÓN.
Así, las acciones para reducir el estrés deben dar prioridad a una combinación de acciones que promuevan un cambio organizacional (que mejore las condiciones del trabajo) conjuntamente con un cambio actitudinal para manejar mejor las situaciones de estrés, teniendo en cuenta que éste siempre trae consecuencias negativas sobre nosotros mismos.
El estrés en el anestesiólogo debe tratarse como cualquier otra enfermedad, en tanto que si no se le da una entidad real y concreta, no se la puede diagnosticar y percibir objetivamente.
Es importante para la prevención de esta enfermedad, saber que existe en nuestro ambiente de trabajo y tener en cuenta sus consecuencias. Por lo tanto se debe educar al personal del área quirúrgica sobre el estrés y sus manifestaciones, como también se deben promulgar contratos de trabajo en los que se prevea este síndrome y sus posibles soluciones para enfrentar este problema que está cada vez más latente entre los anestesiólogos.
jueves, 17 de noviembre de 2011
La Gestión de la Salud Pública
Mucho se ha hablado sobre la Salud en este último tiempo; sobre todo teniendo en cuenta que estamos en tiempos electorales, hecho por el cual los temas “de Estado” toman mayor notoriedad y hacen renacer debates, ideas y frases hechas, que en muchos casos nunca coinciden con el paradigma sanitario del cual somos parte y objeto.
Como hicimos en el número anterior de esta revista, vamos a desarrollar en esta columna, un tema que pueda ser sometido a la discusión con ideas; al debate que aporta y contribuye al proceso evolutivo que necesitan todas y cada una de las cuestiones sociales; y como corolario central vamos a darle a La Salud un estatus general que nos permita posteriormente entender cada uno de los factores que actúan sobre ella.
La Salud es un término que tiene que padecer las consecuencias del polisemismo (palabra que tiene muchos significados), por lo tanto la primera tarea para abrir el debate, va a ser partir de la significación más ordinaria que se le otorga a este término, para poder unificar el lenguaje de la discusión. El término “salud pública" no tiene un significado unívoco, y es muy posible que no llegue a tenerlo en el futuro inmediato, pues es el producto de procesos sociales de legitimación, sujetos a su vez a diferencias y conflictos entre los individuos y los grupos humanos.
Así, procedo a abrir el debate con una pregunta elemental: ¿se puede alienar el concepto de Salud Pública para gestionarlo diferencialmente en el espectro estatal o en el privado?
Si rastreamos en la historia, vemos que la noción de salud pública ha estado ligada, durante muchos años, al control de la enfermedad orgánica (especialmente de tipo infeccioso), hecho que representaba un serio problema para la sociedad del momento. Esta situación puede ayudarnos a comprender por qué el control de las enfermedades constituyó el centro de atención de las discusiones e intervenciones de la “salud pública” durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Sin embargo, este bienestar colectivo que se perseguía, y que en muchos casos fue criticado de utilitarista por centrar su atención en el hombre como herramienta elemental del motor productivo; dio el puntapié inicial al planteamiento sanitario de interés organicista y fisiopatogénico de la naciente noción de Salud Pública.
El término Salud Pública propiamente dicho va a tomar significado como tal en plena revolución bolchevique, donde se establecerían tres principios básicos: unidad de la organización, participación de la población en la totalidad del trabajo de protección de la salud y medidas profilácticas. A partir de aquí, este concepto fue exportándose a todo el mundo occidental y tomando características propias en cada medio donde se aplicó el concepto universalista de la salud.
Ahora bien, lo que se intenta dilucidar con esta introducción es la idea de la Salud como un derecho adquirido, más allá de las connotaciones mercantilistas que se le fueron dando desde finales del siglo XX, donde los procesos económicos y políticos generaron un fuerte impacto sobre la forma de entender la salud humana (En muchos países, la práctica de la salud pública ha asumido la forma de ocupación/profesión liberal, desarrollada en el seno del “sector de la salud", sujeta al principio de la división técnica del trabajo y a las leyes de oferta y demanda del mercado laboral).
No es el espíritu de este artículo hacer un repaso histórico de la evolución de los servicios de salud, sino más bien, poder entender que la Sanidad es una construcción social que se articula en todo el tejido social, por lo que es interdependiente de la coyuntura política de la cual todos formamos parte. El hecho de que en la actualidad se haya diversificado la gestión de los servicios prestadores de salud, no debería ser un conflicto para los beneficiarios. La forma en que se materialice el servicio (estatal, privado o mixto) debería ser el resultado de la mejor manera de abordar al paciente, y no a la inversa; por lo tanto la búsqueda debería orientarse hacia la eficacia del servicio y no tanto a la eficiencia del prestador.
Hoy la mirada se esta desviando a partir del análisis del costo-beneficio de un servicio vital para los seres humanos, y de esta manera se pierde de vista no sólo el objetivo central sino también la visión de cómo se desarrolla equilibradamente en cada uno de los resortes de su engranaje.
Si partimos del concepto de que todos somos parte de una estructura social, donde existe un Estado encargado de garantizar la vida y por ende la salud, somos todos los que responsablemente debemos actuar para que los deberes de todos se transformen en Derechos Universales.
jueves, 6 de octubre de 2011
16 de Octubre, día mundial del Anestesiólogo
Esta efemérides tiene su origen en 1846 en Boston (EE. UU.), donde el doctor William Thomas Morton emplearía por primera vez el éter como anestésico, dando origen a la cirugía sin dolor. Si bien ya se venía experimentando desde hacía años con el éter etílico como anestésico (el doctor Crawford Williamson Long en marzo de 1842 lo administraría durante una operación para extirparle un quiste en el cuello a un niño), sería el doctor Morton quien realizaría una demostración exitosa del uso de la anestesia, al aplicársela a un paciente del doctor John Collins Warren para que éste pudiera eliminar un tumor del cuello de su paciente, sin que éste sintiera dolor alguno. Desde entonces, Morton se dedicó a administrar anestesia, y el uso del éter (al que él llamaba “letheon” para utilizarlo con cierta exclusividad) se difundiría rápidamente en toda la comunidad científica.
Aprovechamos el aniversario para saludar a todos los colegas que día a día aportan su esfuerzo y dedicación indiscriminadamente, en pos del bien más preciado que tenemos los seres humanos, la Salud.
Felicitaciones a TODOS en su día, les desea la Comisión Directiva de la AMA.
COLUMNA DE DEBATE: La gestión de la Salud Pública
Mucho se ha hablado sobre la Salud en este último tiempo; sobre todo teniendo en cuenta que estamos en tiempos electorales, hecho por el cual los temas “de Estado” toman mayor notoriedad y hacen renacer debates, ideas y frases hechas, que en muchos casos nunca coinciden con el paradigma sanitario del cual somos parte y objeto.
Como hicimos en el número anterior de esta revista, vamos a desarrollar en esta columna, un tema que pueda ser sometido a la discusión con ideas; al debate que aporta y contribuye al proceso evolutivo que necesitan todas y cada una de las cuestiones sociales; y como corolario central vamos a darle a La Salud un estatus general que nos permita posteriormente entender cada uno de los factores que actúan sobre ella.
La Salud es un término que tiene que padecer las consecuencias del polisemismo (palabra que tiene muchos significados), por lo tanto la primera tarea para abrir el debate, va a ser partir de la significación más ordinaria que se le otorga a este término, para poder unificar el lenguaje de la discusión. El término “salud pública" no tiene un significado unívoco, y es muy posible que no llegue a tenerlo en el futuro inmediato, pues es el producto de procesos sociales de legitimación, sujetos a su vez a diferencias y conflictos entre los individuos y los grupos humanos.
Así, procedo a abrir el debate con una pregunta elemental: ¿se puede alienar el concepto de Salud Pública para gestionarlo diferencialmente en el espectro estatal o en el privado?
Si rastreamos en la historia, vemos que la noción de salud pública ha estado ligada, durante muchos años, al control de la enfermedad orgánica (especialmente de tipo infeccioso), hecho que representaba un serio problema para la sociedad del momento. Esta situación puede ayudarnos a comprender por qué el control de las enfermedades constituyó el centro de atención de las discusiones e intervenciones de la “salud pública” durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Sin embargo, este bienestar colectivo que se perseguía, y que en muchos casos fue criticado de utilitarista por centrar su atención en el hombre como herramienta elemental del motor productivo; dio el puntapié inicial al planteamiento sanitario de interés organicista y fisiopatogénico de la naciente noción de Salud Pública.
El término Salud Pública propiamente dicho va a tomar significado como tal en plena revolución bolchevique, donde se establecerían tres principios básicos: unidad de la organización, participación de la población en la totalidad del trabajo de protección de la salud y medidas profilácticas. A partir de aquí, este concepto fue exportándose a todo el mundo occidental y tomando características propias en cada medio donde se aplicó el concepto universalista de la salud.
Ahora bien, lo que se intenta dilucidar con esta introducción es la idea de la Salud como un derecho adquirido, más allá de las connotaciones mercantilistas que se le fueron dando desde finales del siglo XX, donde los procesos económicos y políticos generaron un fuerte impacto sobre la forma de entender la salud humana (En muchos países, la práctica de la salud pública ha asumido la forma de ocupación/profesión liberal, desarrollada en el seno del “sector de la salud", sujeta al principio de la división técnica del trabajo y a las leyes de oferta y demanda del mercado laboral).
No es el espíritu de este artículo hacer un repaso histórico de la evolución de los servicios de salud, sino más bien, poder entender que la Sanidad es una construcción social que se articula en todo el tejido social, por lo que es interdependiente de la coyuntura política de la cual todos formamos parte. El hecho de que en la actualidad se haya diversificado la gestión de los servicios prestadores de salud, no debería ser un conflicto para los beneficiarios. La forma en que se materialice el servicio (estatal, privado o mixto) debería ser el resultado de la mejor manera de abordar al paciente, y no a la inversa; por lo tanto la búsqueda debería orientarse hacia la eficacia del servicio y no tanto a la eficiencia del prestador.
Hoy la mirada se esta desviando a partir del análisis del costo-beneficio de un servicio vital para los seres humanos, y de esta manera se pierde de vista no solo el objetivo central sino también la visión de cómo se desarrolla equilibradamente en cada uno de los resortes de su engranaje.
Si partimos del concepto de que todos somos parte de una estructura social, donde existe un Estado encargado de garantizar la vida y por ende la salud, somos todos los que responsablemente debemos actuar para que los deberes de todos se transformen en Derechos Universales.
miércoles, 24 de agosto de 2011
Detalle del Evento |
Día 1º Sábado 08/Oct/2011 RECEPCIÓN y CHARLA TÉCNICA · 18:00hs LUGAR DE REUNION (Parque cerrado HOSTERIA EL RETORNO) · 18:30hs Acreditación y entrega de Kit de Corredor "ecoDesafio" Remera técnica Dry Fit y productos de las marcas Patrocinantes del circuito. · 19:00 hs Charla Técnica · 20:30hs libres - Coordinación Cena. Día 2º Domingo 09/Oct/2011 ACTIVIDAD DEPORTIVA · 8:30 hs. Presentación puesto de control Parque cerrado HOSTERIA EL RETORNO · 9:00 hs. Preparativos para la Largada. · 10:00 hs. Largada de la Competencia · 1º Etapa Trekking - 2º Etapa Mountain Bike · 15:00 hs. Hora estimada de Finalización de la competencia – Actividad de Recuperación - Descanso. Medalla Finisher para todos . · 21:00 hs. Cena-show Domingo 9/Oct/2011 Premiación / Sorteos · Cierre del Evento. |
Inscripción |
· Valor Por participante: $750.00 (Incluye Participación del evento deportivo, Kit de corredor, charlas técnicas, Medalla de participacion y Cena Show de premiación) *En caso de viajar con un acompañante (familiar) el costo adicional es de $350. Incluye Uso de las instalaciones Parque cerrado del Evento, Cena-Show de Premiación. · La forma de Inscripción le estaremos enviando la planilla correspondiente.· La modalidad de realizar el pago del evento será por medio de depósito en cuenta bancaria de la sede organizadora "ASOCIACIÓN RIONEGRINA DE ANESTESIA ANALGESIA Y REANIMACIÓN". (A.R.A.A.R.). Banco Galicia A nombre de Asociacion RioNegrina CBU 00701293-20000007889671. Cuenta Corriente $ 7889-6 129-7. Informes: ecodesafio@araar.org.ar |
martes, 16 de agosto de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
EL MUESTREO EN LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
Resumen: En la investigación cualitativa, la decisión sobre el mejor modo de obtener los datos y de quién o quiénes obtenerlos se toman en el campo, ya que los participantes del estudio nos resultan desconocidos cuando lo iniciamos y es la propia información obtenida la que va guiando el muestreo.
Es habitual que en investigación cualitativa, el diseño del estudio evolucione a lo largo del proyecto, por eso se dice que es emergente. En el caso del muestreo sucede lo mismo, la decisión sobre el mejor modo de obtener los datos y de quién o quiénes obtenerlos son decisiones que se toman en el campo, pues queremos reflejar la realidad y los diversos puntos de vista de los participantes, los cuales nos resultan desconocidos al iniciar el estudio.
En los estudios cualitativos casi siempre se emplean muestras pequeñas no aleatorias, lo cual no significa que los investigadores naturalistas no se interesen por la calidad de sus muestras, sino que aplican criterios distintos para seleccionar a los participantes. Debido al pequeño tamaño muestral una de las limitaciones frecuentemente planteada con relación al enfoque cualitativo es que la representatividad de los resultados se pone en duda, pero debemos tener en cuenta que el interés de la investigación cualitativa en ocasiones se centra en un caso que presenta interés intrínseco para descubrir significado o reflejar realidades múltiples, por lo que la generalización no es un objetivo de la investigación.
Cuando el fin de la investigación cualitativa es la generalización, tenemos dos
posibilidades en función del objetivo perseguido:
1. Si el fin de la investigación es el desarrollo y examen de una teoría, entonces la
selección de los casos se debe diseñar de forma que se puedan generar tantas
categorías y propiedades como sean posibles, y relacionarlas entre sí. Estas muestras teóricas, buscan representar un problema teórico seleccionando situaciones que ofrezcan datos observables sobre las categorías de análisis. Y para ello podríamos recomendar dos estrategias complementarias:
a. Minimizar las diferencias entre los casos con el fin de sacar a la luz
propiedades básicas de una categoría particular.
b. Posteriormente maximizar las diferencias entre los casos con la intención de
incrementar categorías y acotar la incidencia de la teoría.
2. Si el fin de la investigación es la generalización de un grupo finito de casos. Es
importante valorar la tipificación de casos estudiados mediante la comparación de
las características relevantes, con información de las estadísticas oficiales o de
otros estudios sobre nuestro objeto. Se puede utilizar el estilo bola de nieve que se
basa en la idea de red, y consiste en ampliar progresivamente los casos de
nuestro campo partiendo de otros casos facilitados por alguna investigación previa.
La estrategia para seleccionar casos puede variar a lo largo de la investigación y en las primeras fases, los casos escogidos tal vez no tengan gran relevancia, aunque más adelante pueden adquirir una considerable importancia.
Las investigaciones cualitativas suelen evitar las muestras probabilísticas, puesto que buscan en el caso, la posibilidad de dar un paso más en “el dato científico”.
En la investigación cualitativa la relación entre problemas de investigación y los casos seleccionados debe ser revisada continuamente.
En este tipo de investigación se debe decidir cuando y dónde observar, con quién
conversar, así como qué información registrar y cómo hacerlo. Con este proceso estamos decidiendo no sólo que es lo relevante o no, sino también estamos extrayendo varias muestras de la información disponible.
Es importante establecer, lo más sistemáticamente posible, los criterios utilizados para asegurar así que la muestra ha sido adecuadamente escogida. Para ello existen tres grandes dimensiones a lo largo del proceso de extracción de muestras a tener en cuenta: el tiempo, las personas y el contexto.
El tiempo es una dimensión importante en la vida social. Las actividades y las
actitudes en el campo suelen variar a lo largo del tiempo de forma significativa.
Zerubavel investigó sobre el tiempo en los hospitales. Es distinta la actividad de
un servicio de urgencias según la hora del día o incluso según el día de la semana.
Es imposible realizar trabajo de campo las 24 horas al día por lo que es inevitable
tomar muestras de lapsos temporales. Además, no se recomiendan largos
períodos de observación ininterrumpidos, ya que deben seguirse de otros períodos
de sistematización y reflexión sobre el material para obtener una información de
calidad.
Las personas. Ningún medio es socialmente homogéneo y la representación
adecuada de la gente involucrada en un caso particular requiere tomar muestras,
a menos que el total de la población investigada pueda ser estudiada en su
totalidad.
El muestreo de los casos puede realizarse con criterios estandarizados en investigaciones previas.
Estas categorías son importantes sólo cuando son relevantes para la teoría que se
está desarrollando o para contraponerlas a categorías rivales, y normalmente han
de ser complementadas por otras categorías de relevancia en la investigación y
que son elaboradas por el propio investigador.
Lugar y contexto. Dentro de cualquier ambiente se pueden distinguir contextos
muy diferentes y el comportamiento de las personas actúa en función del contexto
en el que están.
Es importante no confundir los lugares, el espacio físico, con los contextos, que es
un espacio social. Debemos identificar los contextos en función de cómo los
individuos actúan en ellos, reconociendo que son construcciones sociales y no
localizaciones físicas e intentar asegurarnos que tomamos muestras de todos los
que son relevantes.
Respecto al tamaño de la muestra no hay criterios ni reglas firmemente establecidas, determinándose en base a las necesidades de información, por ello, uno de los principios que guía el muestreo es la saturación de datos, esto es, hasta el punto en que ya no se obtiene nueva información y ésta comienza a ser redundante.
El proceso de muestreo podría evolucionar como sigue:
1. El investigador empieza con una noción general de dónde y con quién comenzar.
Se suelen utilizar procedimientos de conveniencia o avalancha.
2. La muestra se selecciona de manera seriada, es decir, se eligen los casos basándonos en los ya seleccionados y en qué información han proporcionado anteriormente.
3. Con frecuencia se utiliza un dato previamente examinado, para facilitar la selección de casos apropiados y ricos en información.
4. La muestra se ajusta sobre la marcha. Las nuevas conceptualizaciones ayudan a
enfocar el proceso de muestreo.
5. El muestreo continúa hasta que se alcanza la saturación.
6. El muestreo final incluye una búsqueda de casos confirmantes y desconfirmantes
(selección de casos que enriquecen y desafían las conceptualizaciones de los
investigadores).
Por lo tanto en la investigación cualitativa la información es la que guía el muestreo, y por ello es preciso que evolucione en el propio campo ya que es necesario que cubra todos los requerimientos conceptuales del estudio, y no la adaptación a unas reglas metodológicas.
COLUMNA DE DEBATE: La Residencia
El abordaje de la formación de los profesionales de las ciencias médicas, requiere de una perspectiva de análisis sociológica exhaustiva, que nos permita una comprensión integral de la actividad. De hecho para escribir este artículo debí recurrir a bibliografía especializada y publicaciones médicas para poder focalizar un objeto concreto de estudio: la capacitación de los recursos humanos.
Para comenzar a desarrollar el tema, es importante poner sobre la mesa todos los supuestos de peso epistemológicos que de una u otra manera van a conducir nuestro análisis, para no desviar la mirada científica. En este caso nuestro enfoque va a tener como premisa rectora las características funcionales de la educación.
La idea de esta columna es, como sintetiza su título, poner sobre la mesa un tema de interés colectivo y abrirlo al debate. Y para ello es primordial precisar de antemano que la idea de EDUCACIÓN que trabajaremos, gravitará sobre el concepto de reproducción, entendiendo a ésta no sólo como el medio por el cual se transmite el conocimiento científico y profesional, sino también como re-productora de los valores éticos, morales y actitudinales de esta actividad humana.
Una vez planteadas las reglas de juego, y con la finalidad de trazar una mirada amplia que propicie el debate, vamos a tratar un tema clave y sensiblemente conflictivo: La Residencia como entidad formadora de los recursos humanos.
¿QUÉ ES LA RESIDENCIA?
Para ir directamente al punto neurálgico de este tema, voy a tomar dos definiciones sobre la residencia que sintetizan desde una visión funcionalista, cualquier axioma.
La primera, esbozada por el Dr. Roque Benentano dice:”la residencia médica hospitalaria constituye un sistema educacional, destinado a completar la formación de las escuelas médicas, de manera que el egresado alcance la capacitación y responsabilidad necesarias para desempeñarse con independencia, alto nivel ético y profesional y conciencia sanitaria en las distintas especialidades médicas” .
Otra visión, igualmente funcionalista, es la que presenta el Dr. Mario Brea quien sostiene que la residencia es: “un método que consiste en adjudicarles
responsabilidades crecientes, en el estudio y atención de los enfermos, debidamente controlados y dirigidos por personal idóneo con vocación para la enseñanza, como la forma natural y ordinaria”, y agrega “la finalidad básica de la residencia es educacional, secundariamente reditúa en beneficio directo sobre la atención hospitalaria y la organización sanitaria”.
Ahora bien, si no fuese que la primera definición data del año 1973 y la segunda acaba de cumplir cincuenta años, no hubiese tenido suficientes argumentos para escribir sobre las residencias, que como vemos, es un tema de larga data, que nunca ha dejado de ser foco de críticas, estudio y apasionados debates sobre su desarrollo y funcionamiento.
De esta forma, si dirigimos una mirada crítica sobre estos conceptos, la primera característica emergente es que la residencia es un “sistema” con una lógica propia, y fines concretos: entrenar, formar y sobre todo orientar la oferta de especialistas ante una demanda asistencial creciente. Y en función de esto se van articulando los procesos de tiempo/trabajo necesarios para la capacitación de ese médico recientemente recibido.
El término RESIDENCIAS tiene su origen en los Estados Unidos, en donde el Profesor Abraham Flexner en el año 1910, adaptando el modelo de educación médica vigente en Alemania, las incorpora formalmente al proceso de formación y reproducción de médicos. Y así, siempre bajo una visión de reciprocidad sistemática, donde el “aprendiz” retribuye los conocimientos aprendidos con su trabajo, va incorporando por la práctica profesional, experiencia y capacidades específicas.
Por todo esto es que, para poder abrir un frente de debate coherente, debemos tener presente estos antecedentes, y sobre todo como se han ido desarrollando las residencias como metodología de instrucción. Si queremos mejorar la capacitación de los futuros médicos, sobre la base del sistema de Residencias, no se puede perder la idea de que ésta debe ser un proceso de desarrollo integral. Y por ello se debe tener pleno conocimiento y mucha información que respalde y fundamente, tanto sobre las necesidades sanitarias existentes, como de los recursos reales para afrontar esta demanda. Mantener estas variables equilibradas es condición sine qua non, para que este proceso (que no solo reproduce el conocimiento científico, sino también un sin número de hábitos, valores, actitudes, etc) pueda garantizar estándares de calidad en la prestación de los servicios médicos.
Ahora bien, ya planteado el tópico de debate, esperamos que el mismo pueda ser nutrido por la mayor cantidad de opiniones posibles. Entendemos que la participación es la mejor manera de construir consenso y sumar voluntades para seguir construyendo la Asociación que anhelamos.
Con este número invitamos a la comunidad anestesiológica a participar y a sumar ideas, conocimiento, experiencias, etc. Este proyecto depende de TODOS.
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